martes, 3 de septiembre de 2013

Sobre "Toda la Sangre" de Bernardo Esquinca

Advierto, esto no es un crítica, no soy nadie para criticar. Son apenas unos apuntes sobre la novela “Toda la Sangre” de Bernardo Esquinca, es mi forma de reconocer y agradecer al autor por un excelente libro.

Manuel Vázquez Montalbán creo al detective Pepe Carvalho, con su afición a quemar libros en la chimenea; Taibo II nos regaló al entrañable Héctor Belascoarán Shayne y sus cocas/pepsis con limón y  Delicados con filtro; Élmer Mendoza a “El Zurdo” Mendieta, un judicial con excelente gusto musical y modos ad hoc para la frontera norte; Jordi Soler lleva y trae al Comandante Emiliano Conejero y su colección de cassettes proféticos que suenan en su viejo Galaxy. Bernardo Esquinca viene a engrosar el Panteón con Casasola, ex reportero cultural, ex esposo de alguien, ahora reportero de Nota Roja (así, con mayúsculas), amante del Centro Histórico de esta ciudad, buscador de notas, de nuevos romances que sanen su herida ex conyugal, personaje leal y culto, una joya como los anteriormente referidos. De ese tamaño es, y aún crecerá, la creación de Esquinca.

Los personajes “secundarios” no son menos, así como Carvalho tenía a su “fetito” y su novia putadeteléfono; Belascoarán a los subarrendatarios de su oficina un plomero, un tapicero y en el tercer turno un ingeniero experto en el drenaje profundo del D.F.; Esquinca tiene en su jefe, el director del “Semanario Sensacional” Santoyo, en el ex fotógrafo y elemento de inteligencia que ya quisiera el CISEN, el Griego; al Consejo de Periodistas de Nota Roja y a su eventual chofer /repartidor de pizzas Gerardo, un ejercito de apoyo monumental que, con las propias particularidades, ambientan y enriquecen la novela.

Pero hay otro GRAN personaje, el Centro de la Ciudad de México y sus alrededores, en lo personal debo decir que siempre me ha gustado el centro del DF, y durante 4 años trabajé frente a la Plaza de Santo Domingo y luego por poco más de 2 años en la zona de Bucareli, por lo que los personajes, lugares, momentos diría, no me son ajenos. El Mesón del Cid, los puestos de tacos de Balderas, la llamada (por Esquinca y creo que deberemos oficializarla como tal) comunidad de sin techo George Romero fluctuante entre Ayuntamiento y Artículo 123, el Café el Popular, el Habana, la extinta Puerta del Sol (hoy una zapatería, menudo sacrilegio), Templo Mayor, el MUNAL, Palacio del Arzobispado, etc. Un largo etc. Lugares que dan ganas de volver a visitar, y quienes no los conozcan tendrán la necesidad de pararse ahí, aunque sea al pie de lo que fueron los sitios desaparecidos. Esquinca nos mete a la historia usando a la realidad y la usa muy atinadamente, yo se que el Cantante y Rigo Santana existen, los he visto y escuchado, he caminado frente a la Comunidad George Romero, he comido y bebido en el Salón Corona, he visitado los museos y sitios arqueológicos. Resumo, la novela le habla a uno a otro nivel cuando ha estado ahí.

El día de la presentación del libro, Mariana H citó algunas frases memorables de la novela, recupero algunas y cito otras, sólo las que me retumban días después de haber terminado el libro.

- Esta ciudad se gobierna con sus propias leyes. Somos el producto de un gran experimento.-

-La gran mayoría de los habitantes de esta ciudad viven atemorizados y, además, se la pasan quejándose de todo. Padecen la urbe. ¿Porqué no se largan entonces? La única manera de disfrutar esta ciudad es no teniendo miedo.-

-En la cruda todos somos indigentes, porque la cruda destruye el cuerpo y el alma.-

-¿Porque las mujeres soportaban tanto a maridos de mierda? Si hubiera un concurso, sin duda las esposas mexicanas ganarían la medalla de oro.-

De Chuck Palahniuk – No hay nada más fácil que no prestar atención a la gente sin hogar. Puede que seas Jane Fonda o Robet Redford, pero si estás empujando un carrito de la compra por alguna avenida al mediodía, vestido con tres capas de ropa sucia y murmurando palabrotas por lo bajo, nadie se va a fijar en ti.-

-Las caderas de una mujer siempre son un buen asidero en medio del naufragio-

-El crudo es un animal sagrado. Cuando alguien tiene resaca, no se le puede negar nada. Es como un condenado a muerte pidiendo su última cena.-

- La vida transcurre entre equivocaciones y cuando uno se da cuenta de sus errores, ya no hay marcha atrás. Las revelaciones siempre llegan demasiado tarde.-

-Estás completamente jodido...porque eres un romántico. Y en este mundo, a los románticos se los lleva la chingada.-

-Lo que no se concreta en la realidad, encuentra la forma de manifestarse en la mente.-


En esa misma presentación del libro, Bernardo nos confirmó lo que todos sabemos pasa con los escritores, que su protagonista, Casasola, es su alter ego, con algunos extras como siempre pasa. Lo que me hizo recordar al Jefe José Daniel Fierro, de Taibo II, sus cameos con Belascoarán, su propia novela y su muerte. Esquinca avisa, primero en un pie de página y luego en sus notas, que lo de Casasola es una serie, y yo insisto que hay que seguirle la pista al personaje para poder decir que atestiguamos el nacimiento y desarrollo de un nuevo icono de la novela negra.