Advierto, esto no es un crítica, no
soy nadie para criticar. Son apenas unos apuntes sobre la novela
“Toda la Sangre” de Bernardo Esquinca, es mi forma de reconocer y
agradecer al autor por un excelente libro.
Manuel Vázquez Montalbán creo al
detective Pepe Carvalho, con su afición a quemar libros en la
chimenea; Taibo II nos regaló al entrañable Héctor Belascoarán
Shayne y sus cocas/pepsis con limón y Delicados con filtro;
Élmer Mendoza a “El Zurdo” Mendieta, un judicial con
excelente gusto musical y modos ad hoc para la frontera norte; Jordi
Soler lleva y trae al Comandante Emiliano Conejero y su colección de
cassettes proféticos que suenan en su viejo Galaxy. Bernardo
Esquinca viene a engrosar el Panteón con Casasola, ex reportero
cultural, ex esposo de alguien, ahora reportero de Nota Roja (así,
con mayúsculas), amante del Centro Histórico de esta ciudad,
buscador de notas, de nuevos romances que sanen su herida ex
conyugal, personaje leal y culto, una joya como los anteriormente
referidos. De ese tamaño es, y aún crecerá, la creación de
Esquinca.
Los personajes “secundarios” no son
menos, así como Carvalho tenía a su “fetito” y su novia
putadeteléfono; Belascoarán a los subarrendatarios de su oficina un
plomero, un tapicero y en el tercer turno un ingeniero experto en el
drenaje profundo del D.F.; Esquinca tiene en su jefe, el director del
“Semanario Sensacional” Santoyo, en el ex fotógrafo y elemento
de inteligencia que ya quisiera el CISEN, el Griego; al Consejo de
Periodistas de Nota Roja y a su eventual chofer /repartidor de pizzas
Gerardo, un ejercito de apoyo monumental que, con las propias
particularidades, ambientan y enriquecen la novela.
Pero hay otro GRAN personaje, el Centro
de la Ciudad de México y sus alrededores, en lo personal debo decir
que siempre me ha gustado el centro del DF, y durante 4 años trabajé
frente a la Plaza de Santo Domingo y luego por poco más de 2 años
en la zona de Bucareli, por lo que los personajes, lugares, momentos
diría, no me son ajenos. El Mesón del Cid, los puestos de tacos de
Balderas, la llamada (por Esquinca y creo que deberemos oficializarla
como tal) comunidad de sin techo George Romero fluctuante entre
Ayuntamiento y Artículo 123, el Café el Popular, el Habana, la
extinta Puerta del Sol (hoy una zapatería, menudo sacrilegio),
Templo Mayor, el MUNAL, Palacio del Arzobispado, etc. Un largo etc.
Lugares que dan ganas de volver a visitar, y quienes no los conozcan
tendrán la necesidad de pararse ahí, aunque sea al pie de lo que
fueron los sitios desaparecidos. Esquinca nos mete a la historia
usando a la realidad y la usa muy atinadamente, yo se que el Cantante
y Rigo Santana existen, los he visto y escuchado, he caminado frente
a la Comunidad George Romero, he comido y bebido en el Salón Corona,
he visitado los museos y sitios arqueológicos. Resumo, la novela le
habla a uno a otro nivel cuando ha estado ahí.
El día de la presentación del libro,
Mariana H citó algunas frases memorables de la novela, recupero
algunas y cito otras, sólo las que me retumban días después de
haber terminado el libro.
- Esta ciudad se gobierna con sus
propias leyes. Somos el producto de un gran experimento.-
-La gran mayoría de los habitantes de
esta ciudad viven atemorizados y, además, se la pasan quejándose de
todo. Padecen la urbe. ¿Porqué no se largan entonces? La única
manera de disfrutar esta ciudad es no teniendo miedo.-
-En la cruda todos somos indigentes,
porque la cruda destruye el cuerpo y el alma.-
-¿Porque las mujeres soportaban tanto
a maridos de mierda? Si hubiera un concurso, sin duda las esposas
mexicanas ganarían la medalla de oro.-
De Chuck Palahniuk – No hay nada más
fácil que no prestar atención a la gente sin hogar. Puede que seas
Jane Fonda o Robet Redford, pero si estás empujando un carrito de la
compra por alguna avenida al mediodía, vestido con tres capas de
ropa sucia y murmurando palabrotas por lo bajo, nadie se va a fijar
en ti.-
-Las caderas de una mujer siempre son
un buen asidero en medio del naufragio-
-El crudo es un animal sagrado. Cuando
alguien tiene resaca, no se le puede negar nada. Es como un condenado
a muerte pidiendo su última cena.-
- La vida transcurre entre
equivocaciones y cuando uno se da cuenta de sus errores, ya no hay
marcha atrás. Las revelaciones siempre llegan demasiado tarde.-
-Estás completamente jodido...porque
eres un romántico. Y en este mundo, a los románticos se los lleva
la chingada.-
-Lo que no se concreta en la realidad,
encuentra la forma de manifestarse en la mente.-
En esa misma presentación del libro,
Bernardo nos confirmó lo que todos sabemos pasa con los escritores,
que su protagonista, Casasola, es su alter ego, con algunos extras
como siempre pasa. Lo que me hizo recordar al Jefe José Daniel
Fierro, de Taibo II, sus cameos con Belascoarán, su propia novela y
su muerte. Esquinca avisa, primero en un pie de página y luego en
sus notas, que lo de Casasola es una serie, y yo insisto que hay que
seguirle la pista al personaje para poder decir que atestiguamos el
nacimiento y desarrollo de un nuevo icono de la novela negra.