domingo, 5 de diciembre de 2010

5 Kms no son nada y 10 años ¿tampoco?

Este fin de semana, que languidece mientras escribo esta entrada, ha sido en extremo demandante para su servibar, pero al mismo tiempo de satisfacciones personales importantes. Vamonos por partes, que no por fechas. Hace algunos meses como parte de otro cambio en mi vida, decidí que este año participaría en alguna carrera, de 5 kilómetros para empezar. Hubo algunos cambios en las circunstancias y no pude entrenar debidamente sino hasta el último mes, debo decir que todavía el miércoles tenía dudas sobre mi participación pero las siempre sutiles y alentadoras palabras del Tisca me acabaron de convencer (de huevón no me bajó) y nos inscribimos. Hoy a las 8 de la mañana salimos junto con otros 1023 competidores en la 2a sección de Chapultepec, 33 minutos y 5 segundos después terminé la carrera y cumplí otro objetivo de este año. Como dije, solo había entrenado "en forma" el último mes y mi mejor tiempo había sido de 40 minutos.

En este espacio agradezco públicamente a quienes me apoyaron, en especial al Tisca, cómplice permanente de mis ocurrencias, por correr conmigo; a Andrea que me dio valiosos consejos el día anterior, eso de "no importa que pase, no te detengas" fue muy útil en el 3er Km cuando mis pantorrillas comenzaron a quemar, y a la Ardilla que fue de las poquísimas personas que supieron que iba a participar en la carrera y me dieron animos. Agradezco a quienes dudaron, el último kilómetro fue suyo, mentadas de madre a algunos incluidas, como olvidar que hubo quien dijo que seguramente podría correr los 5 Km...a lo largo del año. Misión cumplida, ¿el reto del siguiente año? cuando lo cumpla les digo.

Por lo que toca a los 10 años, el sábado fue la reunión de ex compañeros de la prepa, back to the 90's, huateque y fiestononon (Javo dixit) como suele suceder en estos casos algunos no fueron porque viven fuera de la ciudad o del país, otros tenían compromisos y otros simplemente no les interesó. No se si 10 años han sido poco físicamente no hemos cambiado mucho, al menos todos somos reconocibles a simple vista. Debo decir que estoy shockeado, hay más matrimonios e hijos en mi generación de la prepa que de la facultad y la verdad es que los primeros también están haciendo cosas más interesantes; una conclusión que sacamos es que hemos sido congruentes y seguimos el camino al que apuntábamos hace 10 años.

Como también suele pasar surgieron las anécdotas, chistes y hasta algunas canciones, había olvidado que Mariana y Cecilia se tomaron la molestia de hacernos canciones a algunos miembros de la generación. Me dio gusto ver a todos los que se presentaron, sin excepción, si no fuera así créanme que lo diría sin reparo. Sentí la ausencia de otros, pero acordamos que esto fue el ensayo previo a la reunión buena que tendrá lugar el próximo año. 10 años no son tantos si puedes volver a ver a la gente y hablar con ellos como si se hubieran graduado la semana pasada, pero si hablan incluso mejor, no hay que dejar que pasen otra década.

Me pongo cursi, así que agradeceré a la Panda, Magda, la China, Ceci Sierra, Ceci, Jimena, Fer, Javo, Bubu, Mariana, Andrea, Nico (si vieron alguna publicación extraña en FB y así, el agarró mi cel) y por supuesto a La Ardilla, mente siniestra detrás de este grato reencuentro.

Nota en el Refri: No volver a correr crudo y desvelado.
Nota del Editor: No lo publicité como habitualmente pero, aquí abajo hay una actualización reciente del blog que probablemente no hayan visto, pásenle a leer.

El video: "Rayuela" de Gotan Project, con fragmentos de Rayuela y Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj, leídas por el mismo Cortazar.


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Una joya-Esmeralda

Al igual que la entrada anterior, esta se empezó a escribir hace un rato ya, la versión RC quedó hace poco más de un mes y los ajustes de espacios, uno que otro sinónimo y demás nimiedades se hicieron esta semana. Va pues.

Dices tener miedo, ¿de mí, de mis palabras, de mis acciones, aquellas que ni siquiera he realizado? Solo sonrío mientras pienso, en un instante de soberbia -¿miedo de lo que digo y hago o de que te logre convencer?- no lo digo, no tengo ganas de discutir, no esta noche, solo quiero estar contigo, escucharte, cenar y fumar un cigarro.

Pero insistes, tienes esa extraña idea, regla personal, de evitar que te invite hasta un café porque te sientes “comprometida” ¿en serio una ida al cine y un café pueden causar tal cosa? Por eso insistes en pagar tus cosas, supongo que por eso solo nos vemos en tu casa o con amigos. ¿Cocinar para invitarme a comer o cenar no te compromete? Preguntaría solo por poner en jaque tu principio, pero algo me dice que es mala idea, así que no hago más que reír y decirte que estás fuera de lugar, al menos conmigo.

Quisiera decirte que llevo días dándole vueltas a una versión alterna del brindis del bohemio, imagino que levanto mi copa, tomo tu mano y brindo, por tu humor negro; por tus ojos, cuya danza al azar no puedo dejar de observar mientras hablamos; por la forma en que haces muecas, arrugas la nariz y frunces el ceño mientras escribes mensajes de texto; por tus labios, para que negarlo, que quiero besar; porque capoteas mis halagos y torpes piropos que aún así te hacen sonreír; por las horas que puedo estar contigo sin dejar de escucharte, esas mismas horas que son insuficientes, fugaces como estrella de Bagdad (Sabina dixit); por tus certezas y tus dudas; por el mole negro, los chapulines, el chocolate, las cervezas y los mezcales; porque la menta que traigo para la salsa no huele ni sabe suficientemente a menta, por la admiración que me causa cada diseño que elaboras, más aún cuando lo veo materializado y pienso en las alas y garras de Cthulhu; porque simplemente no te conformas; porque no sé que canción vaya a sonar después de la que ahora escuchamos en tu sui generis colección musical; por tus caderas y tu escote; por tu sonrisa y tu risa, en pocas palabras, por ti.

Me regresas a la realidad cuando vuelves a lo de mis intenciones, y solo puedo decirte que son las peores, es la mejor salida a una pregunta para la cual ya sabes la respuesta, ¿será que querías escuchar otra cosa? No le veo ningún caso a darle vueltas. Dices que mejor lo dejemos en el plano de amistad, para no variar una canción me viene a la mente -es que no te has dado cuenta, de lo mucho que me cuesta ser tu amigo, que ya no puedo acercarme a tu boca, sin deseartela de una manera loca- maldito Vicentico. No me queda más recurso que decir lo evidente, poner mis cartas en la mesa y esperar, no retiro mis soldados de la frontera, quedan estacionados a la espera de no morir congelados.

Me acompañas a la puerta y quiero prolongar ese abrazo -que mi abrazo sea suficiente para protegerte de lo espantos del tiempo, que como cuervos flotan en tu mente- canta San Pascualito Rey en algún lugar de mi memoria. Ojalá lograra perder el único miedo que tengo últimamente y besarte, si solo fuera eso lo que busco ya lo habría hecho. Insistes en la amistad, pero hace tiempo que deje esa estación y alguien en mi posición ya no puede dar marcha atrás.

Salgo a la calle y la última cita musical llega y recuerdo una canción de La Barranca, canto por lo bajo -y al contemplar tus ojos viendo hacia mi, yo sentí que en realidad tus ojos son mi país, inmensidad oscura sobre un abismo de luz, premonición que busca la plenitud-

Te di más de lo que querías, al menos de mi, tu me ofreciste algo que ya tenía, pero no lo que quería. Abrazarte largamente, besarte, amanecer contigo, compartir, ser, estar, dar, recibir. “Así es esto del abarrote” dirías tu.

Me quedo con el Ctrl+Z, el Moras Negras, las trufas, el último beso en tu mano, que no llevé hasta tu boca (pedazo de imbécil) y los últimos 57 minutos de tu voz.

Por ahora, distancia, es por salud mental

Para cerrar, una canción, el "video" no viene al caso, lo importante es "me gustas cuando callas..."